sábado, 3 de octubre de 2009

LA MUJER CREADORA DE SU PROPIO DESTINO


El devenir histórico ha marcado una serie de luchas sociales, estas luchas políticas, sociales y destacadamente culturales han estado marcadas por la presencia de las mujeres, ellas han abierto mejores condiciones para avanzar en algunos países de América, como las que hoy se libran, en Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia, Montevideo y México entre otras.
La participación de la mujer en el proceso histórico mexicano es vigorosa, y no es sino en los últimos lustros que empieza a reconocerse así en la historia oficial y para-oficial, es gracias a las luchas recientes de mujeres que insisten en el reconocimiento de su aporte económico, social, político y cultural que hasta nuestros días gran parte de la sociedad mexicana les había negado.
Es digno de mención que en plena lucha revolucionaria en México se realizara el Primer Congreso Feminista, no solo de México, sino tal vez precursor en América Latina. Este Congreso fue convocado en octubre de 1915 por el gobernador socialista del estado de Yucatán, el General Salvador Alvarado, se realiza en Mérida, capital de ese estado, en enero de 1916.
En este contexto y cuando se le preguntó a Claudia Lizaldi sobre la mujer y su desempeño en la sociedad ella nos dice: “la mujer fue rezagada durante mucho tiempo, pero ahora se le brinda la oportunidad de tomar y ser capaz de tomar sus propias decisiones, y de participar en diversos ámbitos de la sociedad; en estos momentos las mujeres tienen mucho que decir, mucho que dar”.
Claudia Lizaldi nace en la Ciudad de México, ha incursionado en la televisión y se formó como conductora, además es conocedora de los legados toltecas y su más reciente obra es el libro titulado LA DECISIÓN…es tu vida, tú eliges.
Lizaldi en este tenor menciona: “En las manos de la mujer radica el poder, se ha visto a un mundo con el poder en manos de los hombres, pero esto tiene que cambiar, y las mujeres han hecho posible el cambio, han hecho la diferencia”.
Para finalizar Lizaldi recalcó que se tienen que ir rompiendo esquemas, que las mujeres aprendan a escuchar, escucharse a ellas mismas, pues de esto depende que las mujeres sean tomadas en cuenta y así lograr el cambio.

La creciente participación económica y social de la mujer y la preservación de los roles tradicionales de subordinación, propicia condiciones para el avance de su lucha.
Hoy ya cerca del 40% de la población económicamente activa en México es femenina; en la economía informal como en la industria maquiladora, en la educación y en otras importantes actividades son ya varios millones de trabajadoras representando en ellas la indiscutible mayoría; las mujeres son ya el 45% de los estudiantes de nivel superior y su participación como profesionistas es creciente.

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